Durante más de tres décadas, Sidney Holmes vivió lo que para muchos sería una pesadilla interminable. En 1989, fue condenado a cadena perpetua en Florida por un robo a mano armada que siempre sostuvo no haber cometido. Hoy, 34 años después, no solo ha sido exonerado, sino que recibirá una compensación de 1.7 millones de dólares como reconocimiento por los años injustamente arrebatados. Holmes fue arrestado a los 23 años y pasó gran parte de su vida tras las rejas, mientras su familia y organizaciones de derechos humanos luchaban incansablemente por su liberación. Finalmente, una revisión exhaustiva de su caso, impulsada por la organización Innocence Project of Florida , demostró que su condena se basó en una identificación errónea y una investigación policial deficiente. La noticia ha generado un intenso debate en Estados Unidos sobre las fallas del sistema judicial y la necesidad urgente de reformarlo. Casos como el de Holmes evidencian que la justicia no siempre llega a tiempo y que...